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OPINION

ALIENACION, OPRESION Y ANOMIA: MODERNOS PRODUCTOS SOCIALES


El periodo actual es de aquéllos en que en que todo lo que normalmente parece constituir una razón para vivir se desvanece, en que, bajo pena de perderse en la confusión o en la inconsciencia, se debe replantearlo todo.

SIMONE WEIL 

La vida, que no es más que un gran entramado de decisiones, le presenta al ser humano, en la búsqueda de su realización, opciones sobre las cuales puede elegir y en ese proceso de elección juega un papel esencial la libertad, pues es en el ejercicio de su libertad donde el ser humano se realiza y llega a ser quien quiere ser, a la vez que encuentra formas de escapar a todo aquello que lo oprime y lo aliena.

La libertad emerge junto a la persona misma, que por naturaleza se constituye en sujeto de derechos inalienables, sin distinción de sexo, credos, opiniones políticas o cualquier actitud que emane de su libre voluntad, siempre y cuando no afecte la armonía social y los derechos de los demás que también son inalienables. De allí que toda persona es poseedora de ciertas características que se manifiestan a través de su personalidad, es   titular de cosas que le son propias y por tanto ostenta atributos y títulos que deben ser respetados por las demás personas.

alienacaoEl término «alienación», es sinónimo de enajenación e implica que el sujeto está inmerso en un sistema de poder que le impida pensar libremente acerca de ese mismo sistema o de la posición que el individuo ocupa respecto a ese poder y sus referencias identificadoras. El  freno a todo intento de pensar libremente amenaza la calidad del raciocinio humano, lo hace incapaz de reflexionar de sobre sí mismo y sobre su condición de esclavo al servicio del poder. Se trata de un individuo cosificado por otro que se constituye en instrumento del otro, sin derecho al pensamiento, ni a la palabra.

La alienación siempre se soporta en una “buena causa” y el adepto le adjudica la fuerza que la convierte en una verdad. Esta forma de idealización promete evitar un sufrimiento y por eso llega a anular el propio pensamiento. La fuerza alienante o alienadora lleva a cabo su acción mediante una teoría, que puede ser religiosa, política, ideológica, científica o de cualquier índole.

Feuerbach, en su obra «La esencia del cristianismo,» explica el fenómeno religioso como algo que supone para el ser humano la pérdida de sí mismo, la renuncia a su propia naturaleza en favor de la de un ser ajeno (Dios). Es la alienación religiosa

t_22_04_2011Por su parte Marx  interpreta la alienación como alienación económica, la cosificación del ser humano, que supone  la pérdida de sí mismo y la conversión en objeto, en mercancía, situación que surge fundamentalmente en el trabajo, ya que el trabajo asalariado, en la sociedad capitalista, es externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser.

«En su trabajo, dice Marx, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo, arruina su espíritu. Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo, fuera de sí.»  

Esta última forma de alienación es típica de nuestra sociedad, pues todas las actividades del ser humano están dirigidas hacia la búsqueda del desarrollo socioeconómico, antes que a su realización personal.

Si se hace referencia a la opresión es fácil ver que la sociedad de consumo es la nueva forma de esclavitud, que degrada la persona y le destruye su libertad. La reducción del ser humano a la condición de productor-consumidor implica la reducción de capacidades y valores para construir el tipo de rebaño que muestra la sociedad actual.

El rebaño humano actual solo aspira a obtener bienes materiales para satisfacer necesidades impuestas a través de la propaganda que fortalece la futilidad, soslayando lo importante y transcendente.

De allí que el rebaño solo piensa en función de derechos y los confunde con la libertad, olvidando que no hay libertad sin deberes y los derechos sin deberes conducen a la aceptación de la categoría de un esclavo que cambia su libertad por sustento y diversión.

La condición más miserable del ser humano es aquella que lo hace esclavo de la inmediatez de sus caprichos.

EL ORIGEN DE LA ALIENACIÓN Y LA OPRESIÓN

Bajo las banderas enarboladas e impuestas por los sistemas de producción, los avances tecnológicos, la sociedad para el consumo, el derecho al trabajo y otras más rancias   como el patriotismo, el nacionalismo y la propiedad privada,  el ser humano se ha constituido en una persona mansa y dependiente a un sistema donde son las minorías las que imponen las condiciones de adscripción y obediencia a las mayorías, pues la pirámide del poder se ha invertido.

Marx llegó a comprender que no se puede suprimir la opresión en tanto subsistan las causas que la tornan inevitable y que esas causas residen en las condiciones de la organización social.

imagesLas relaciones de dominio y sumisión, nunca han sido ni serán bien aceptadas y por tanto constituyen un desequilibrio que se empeora permanente. Tanto en la vida privada como en la vida social todo procedimiento que destruya la igualdad toma una apariencia de locura que rompe todo equilibrio, pues ante el deseo de dominio para establecer el poder, se debe aceptar que el poder como tal no existe, lo que sí existe es una loca carrera  por el poder que no encuentra término, límites y medida.

Quienes se meten en esta desenfrenada carrera  se encuentran obligados a hacer más que sus rivales, que a su vez se esfuerzan por hacer más que ellos, llegando a  sacrificar la existencia no sólo de sus esclavos, sino la existencia propia y la de los seres más queridos. Así los capitalistas para mantener sus privilegios, aceptan sin preocuparse demasiado, incluso guerras capaces de aniquilar a sus propios sus hijos. De este modo la carrera por el poder esclaviza a todo el mundo, a los poderosos como a los débiles.

El gran mal de la humanidad es confundir los medios con los fines, así se trate de la acumulación de riqueza, de la producción o de la guerra. Se afirma que esto es producto de dejarse llevar por el interés personal, pero si bien este es un principio de acción nacido del egoísmo, es limitado y sus consecuencias son limitadas. Pero lo que si domina en todas las acciones humanas es la ley que impone el sacrificio personal a favor de lo que se consideran medios para vivir mejor.

Sacrificio que toma las más diversas formas, pero en últimas, se resume en la cuestión del poder. El poder por definición es solo un medio, así que tener poder  consiste simplemente en poseer los medios de acción, que rebasen la fuerza, de hecho limitada y restringida, que un hombre puede poseer por sí mismo. Pero la búsqueda del poder, por el hecho mismo de que es esencialmente importante para lograr su propio   objetivo, excluye todo nexo con el fin que se persigue y por una inversión inevitable pasa a ocupar  el lugar de todos los fines.

Merton distingue  entre  estructura  cultural  y  estructura  social,  la  primera está compuesta por los valores socialmente aceptados, que regulan la conducta individual,  y las normas de comportamiento que surgen como consecuencia de los mismos valores; la segunda está compuesta por las relaciones  sociales  que  se  establecen  entre  los  individuos miembros  de  una sociedad. Dado que la sociedad persigue  unas determinadas metas, los individuos que forman parte de la sociedad contribuyen al logro de esas metas. Cuando existe un desequilibrio entre las metas socialmente aceptadas y establecidas por la cultura y los medios legítimos que la estructura social ofrece y pone a disposición para alcanzar las metas, se confunden los medios con las metas y se cae en la anomía.

Esa inversión entre medios y fines es la locura fundamental que explica todo lo que hay de insensato y de sangriento a lo largo de la historia humana, que  no es más que la historia de la servidumbre que hace de los hombres, tanto opresores como oprimidos, un simple juguete de los instrumentos de dominación fabricados por ellos mismos, y rebaja así a la humanidad viviente a ser una cosa entre las cosas inertes

Acerca de Ciro A. García I. (maestro ciro)

DOCENTE ESPECIALISTA EN PEDAGOGÍA. LARGA EXPERIENCIA DOCENTE Y ADMINISTRATIVA. CONVENCIDO QUE LA EDUCACION APORTA AL DESARROLLO HUMANO PARA ROMPER LAS BARRERAS DE LA INEQUIDAD Y LA EXCLUSION

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2 comentarios en “ALIENACION, OPRESION Y ANOMIA: MODERNOS PRODUCTOS SOCIALES

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    Publicado por Nauru wycieczki | marzo 9, 2013, 5:12 pm

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